El antiguo complejo conocido como "Cantina dei Santi" (Bodega de los Santos) se encuentra en el centro del pueblo muy poco lejos de la parroquial de San Silvano, en calle Abbadia. Fue mencionado por primera vez en 1777 como "Cantina dei Santi" en un documento de los "Beni dell'Abbazia di San Silvano di Romagnano" (Bienes de la Abadía de San Silvano de Romagnano) pero se sabe que sus origenes son más lejanos. ¿Pero cuánto? De momento esto es difícil de establecer, las escasas documentaciones históricas y de archivo no ayudan en esta búsqueda. Seguramente sabemos que es el único y auténtico testimonio de la milenaria Abadía Benedictina de San Silvano, importante centro monástico de todo el territorio de Novara. El complejo es formado por un cuerpo de fábrica en la planta baja. Es constituido por un amplio patio de doble pórtico con techo de vigas de madera y por otro pórtico, con bóvedas vaídas, del siglo XVIII. Desde el pórtico se accede a dos amplios locales, uno de los cuales tiene paredes ricamente decoradas con interesantes frescos fechables a las segundas mitades del siglo XV. También el destino de uso original nos queda desconocido: fue a lo mejor un refectorio o una capilla, un aula capitular, una celda sepulcral o una vivienda del Abad. Por cierto, se sabe que durante los siglos el uso impropio del edificio lo ha llevado a un verdadero deterioro tanto que fue utilizado como depósito agrícola. Sólo en estos últimos años, gracias al compromiso económico de la Administración Municipal, de la Organización de Turismo Local y de los habitantes de Romagnano, el "edificio histórico" ha vuelto a adquirir gran dignidad. Como se decía, los frescos que decoran la "Cantina dei Santi" son de gran importancia porque representan un ciclo de iconografía inusual para nuestra zona. En origen, se seguían bien ventiocho retablos pintados al fresco, ahora quedan leíbles poco menos y representan escenas de la Biblia, en particular episodios de la vida de Rey David, recogidas de los libros I y II de Samuel. El autor de los frescos todavía no se conoce con certeza. Según la crítica se pueden atribuir a Bartulonus de Novara, pintor que trabajó en la zona en las segundas mitades de 1400.